La toxina botulínica, también conocida como botox, es una de las sustancias más demandadas en los centros de medicina estética para la realización de diferentes tratamientos. El empleo de la toxina botulínica está especialmente indicado para potenciar la belleza del rostro, eliminando arrugas y líneas de expresión a través de la disminución de la contracción muscular.
Independientemente del tratamiento o técnica a realizar con toxina botulínica, en Instituto Médico Láser (IML) realizamos una consulta de seguimiento (normalmente suele ser a los 15 días) para diagnosticar cómo el resultado se ha asentado en la zona tratada y cuál está siendo su evolución. De hecho, el retoque de botox deberá realizarse también en esos 15 días para lograr unos resultados eficaces, deseados y duraderos.
A continuación te contamos la importancia de estos periodos tras la intervención y las particularidades que han de ser tenidas en cuenta tras el retoque de botox a los 15 días.
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¿Por qué los 15 días son importantes?
Cuál es la duración de los efectos del botox es una de las preguntas más repetidas por aquellas personas que están pensando en realizarse algún tratamiento estético cuya sustancia protagonista es la toxina botulínica. Lo primero que debemos conocer es que el botox o toxina botulínica es una proteína que se posiciona, normalmente, entre las terminaciones nerviosas y el músculo. De este modo se consigue la paralización o disminución de la contracción del músculo.
Sin embargo, a pesar de lo que algunas personas puedan creer, el bloqueo selectivo que se consigue con la toxina botulínica no es un efecto que dure permanentemente. De hecho, los tratamientos con toxina botulínica son completamente reversibles, pudiendo recuperar el estado previo a la intervención en tan solo unos meses.
Los efectos de los tratamientos realizados con toxina botulínica comienzan a apreciarse a partir del tercer o cuarto día (a medida que la musculatura se va relajando y se contrae menos y la piel comienza a estirarse al resultar menos fruncida con la gesticulación); a los 15 días los efectos del botox han llegado a su estado máximo. Y es precisamente a partir de este momento cuando es altamente recomendable acudir al médico estético para poder analizar la evolución del resultado en la zona tratada y valorar si es necesario realizar algún retoque con la toxina botulínica para mejorar el resultado.
Además, el retoque de botox a los 15 días es el momento idóneo para realizarlo. Los resultados durarán hasta los cinco-siete meses aproximadamente, momento en el que los efectos comenzarán a disminuir, pudiendo llegar a necesitar realizarse de nuevo el tratamiento en caso de que el paciente quiera mantener los efectos conseguidos. Hay que tener en cuenta que el efecto, el tiempo de duración y momento en el que se comienzan a apreciar los primeros resultados, depende en gran medida de la cantidad de toxina botulínica empleada y del tipo de toxina utilizada.

El proceso de la toxina botulínica
Por lo general, la toxina botulínica es inyectada para disminuir la contracción del músculo a tratar. Con el fin de evitar la comunicación entre las terminaciones nerviosas y los músculos, el botox se inyecta, consiguiendo así que las fibras de los músculos se relajen como resultado del efecto temporal de la toxina botulínica.
Así, aquellos pliegues que se producen por la contracción que realizan los músculos, a veces incluso de forma involuntaria, se ven suavizados y estratégicamente inmovilizados. De esta manera es como la toxina botulínica consigue atenuar los surcos o arrugas que se producen por la potencia que los músculos ejercen con la mímica facial.
Teniendo en cuenta que la toxina botulínica es una sustancia capaz de reducir o frenar la contracción muscular, se emplea fundamentalmente en el tercio superior del rostro para corregir líneas de expresión o arrugas surgidas con el paso del tiempo. Tras su aplicación, se consiguen resultados casi inmediatos en arrugas originadas por expresiones faciales como son las arrugas en la frente o las conocidas como patas de gallo.
Es importante matizar que la toxina botulínica o botox no produce lesión en las estructuras celulares, sólo produce un bloqueo funcional temporal. De hecho, una vez finalizado el tratamiento con toxina botulínica, comienza la regeneración de las terminaciones nerviosas, formándose nuevos extremos que inician la recuperación de la contracción muscular que irá apareciendo de manera progresiva durante los siguientes meses. Dependiendo del tratamiento realizado y de las características de cada paciente, en aproximadamente 5-6 meses los efectos de la toxina botulínica habrán desaparecido.
En Instituto Médico Láser (IML) contamos con un amplio equipo de profesionales y los tratamientos más innovadores con los que conseguir los mejores resultados estéticos mediante el uso de la toxina botulínica. Bien sea porque estás interesado/a en realizarte algún tratamiento con botox o porque aún tienes alguna pregunta sobre ello, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y atenderemos tu caso en la mayor brevedad posible.
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