En la actualidad, los avances médicos científicos y tecnológicos están permitiendo un espectacular desarrollo de los tratamientos dirigidos al rejuvenecimiento facial, tanto en hombres como en mujeres, gracias, en gran medida, al perfeccionamiento y mejora de un gran número técnicas que permiten conseguir los objetivos deseados a través de tratamientos mínimamente invasivos.
Estos tratamientos, sobre los que profundizaremos a continuación, ofrecen la posibilidad tanto de corregir diversos aspectos relacionados con la estética facial como prevenir su aparición. Y destacan especialmente por su capacidad para aportar al paciente unos resultados naturales sin necesidad de cirugía.
Para ello, desde IML, como entidad pionera y referente en el desarrollo de este tipo de técnicas, consideramos esencial llevar a cabo una personalización prácticamente total del tratamiento a realizar a cada paciente, mediante la puesta en práctica de un estudio pormenorizado de sus características y rasgos faciales.
Esto, junto con la dilatada experiencia y profesionalidad de nuestros facultativos médicos, permite la elección del tratamiento de rejuvenecimiento facial sin cirugía más adecuado para cada caso.
En este artículo encontrarás
5 tratamientos para rejuvenecer el rostro sin cirugía
1. Ácido hialurónico
Esta sustancia, totalmente biocompatible con nuestro organismo, presenta una elevada capacidad para la absorción de una mayor cantidad de agua por parte de nuestras células cutáneas, lo que favorece su utilización en multitud de tratamientos dirigidos al rejuvenecimiento facial, con el fin de aportar a los tejidos en los que se aplica una mayor hidratación.
Además, el ácido hialurónico ofrece un elevado efecto estimulador de los fibroblastos, las células responsables de la producción natural de colágeno y elastina, y que son fundamentales para reducir los efectos del paso del tiempo.
2. Tratamiento de arrugas dinámicas
Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo especialmente indicado para la corrección de arrugas dinámicas en el tercio superior facial (entrecejo, frente y patas de gallo).
3. Mesoterapia facial
Su objetivo es la estimulación biológica de la actividad de las células y el entorno extracelular, que componen la piel de nuestro rostro, mediante la infiltración de sustancias activas especialmente indicadas para mejorar el metabolismo cutáneo, como el silicio orgánico, el ácido hialurónico de baja densidad o la combinación de diversas sustancias nutritivas y antioxidantes.
4. Materiales de relleno
Esta técnica de rejuvenecimiento facial radica en la infiltración de materiales biocompatibles en aquellas zonas localizadas del rostro en las que se desea recuperar volumen, por lo que está especialmente recomendada para la corrección de arrugas y surcos faciales, así como para mejorar la proyección de los labios y revitalizar la piel.
5. Implantación de hilos tensores
Especialmente indicados para combatir la flacidez en el tercio inferior facial, aportando una mayor firmeza a la piel sin necesidad de cirugía.
A grandes rasgos, la aplicación de hilos tensores se basa en la implantación, a nivel de la dermis profunda, de filamentos totalmente reabsorbibles y biocompatibles, para generar una mayor tensión cutánea, y recuperar así la tensión natural en las zonas del rostro y el cuello en las que se aplica.