Los rayos solares son los principales agresores para la piel pero otros agentes como la sal del mar o el cloro de las piscinas son altamente desecantes. La piel necesita mantener una estructura íntegra en su superficie para protegerse de ellos. La integridad de la capa córnea es fundamental y depende en gran parte de la calidad de su hidratación para realizar su función adecuadamente.
Preparar la piel , desde dentro como desde fuera.
Protegerla , de los agentes externos agresores.
En este artículo encontrarás
Preparar Por Fuera
1. La Exfoliación
Las células muertas se acumulan en la capa córnea de la piel de las zonas que van cubiertas en invierto. Este exceso de capas de células resta brillo a la piel. Para dejar la piel lustrosa para el verano, el primer paso es la exfoliación.
La eliminación de las capas superficiales de la piel o exfoliación se suele realizar con productos que llevan micropartículas en su composición que eliminan de forma suave las capas más superficiales de la piel. Se suelen aplicar en la ducha y debe realizarse este proceso cada 10 días durante el mes previo al verano y durante el propio verano.
2. La Hidratación
La hidratación en profundidad también es importante, se realiza a partir de la aplicación de productos de uso tópico que limitan la evaporación espontánea de la piel al sellar la superficie cutánea. El cloro y la sal, además del sol, son altamente descantes, no olvides aplicar tu cosmético hidratante dos veces al día, después de cada sesión de exposición al aire libre este verano (mar, playa o piscina) y otra al principio del día.
Preparar Por Dentro
- La piel necesita determinados nutrientes como los Betacarotenos precursores de la vitamina A presentes en vegetales verdes y rojo-amarillos-anaranjados, vitamina B que está presente en la mayoría de alimentos de origen vegetal (verduras, fruta fresca, frutos secos, cereales, legumbres) y en los de origen animal (carne y vísceras, pescado y marisco, huevos y en los productos lácteos), vitamina C (que abunda en alimentos de temporada como melón, fresas, moras, pimientos verdes, tomate y cítricos (naranjas, limones) y kiwi.
- La Vitamina E (que podrás hallarla en aceites vegetales prensados en frío y en frutos secos como las nueces, en el germen de trigo y en los cereales integrales y verduras de hoja verde. Además algunos oligoelementos son importantes (Selenio, Zinc, Hierro, Azufre y Manganeso).
- Además, la hidratación imprescindible para la piel se consigue a través del agua que ingerimos. Durante el verano es recomendable beber 2 litros de líquidos bajos en calorías al día.
- El aceite de oliva, los frutos secos aportan ácidos grasos mono y poliinsaturados que mantienen la piel bien estructurada y tersa.
Proteger (Sol sin abusar)
Dejarse acariciar por sol, forma parte del ritual del verano. Pero exponerse al sol no es inocuo, debemos tomar precauciones. Debemos tomar siempre el sol con el filtro solar que corresponde a nuestro fototipo, y renovarlo frecuentemente, cada vez que nos bañamos o si sudamos.
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