Una piel luminosa evoca salud, energía y belleza. En verano nuestra piel suele someterse a diversos agentes externos, como sol, cloro, viento, salitre o cambios bruscos de temperatura, que le aportan un aspecto apagado y envejecido.
Muchos de nuestros pacientes desean reabrir su agenda profesional con una piel radiante, en sintonía con el descanso y bienestar que les han proporcionado las vacaciones.
En este artículo, nuestros dermatólogos y médicos estéticos explican en qué consiste la luminosidad en la piel y qué tratamientos nos explican cómo conseguir una piel más luminosa.
En este artículo encontrarás
Piel luminosa: claves para conseguirla
La piel está íntimamente vinculada al sistema nervioso, por lo que el cansancio y el estrés pueden producir reacciones cutáneas o una apariencia poco saludable. Es por esto que vinculamos la piel luminosa con salud, frescura y juventud.
La clave para una piel luminosa es que refleje el máximo de luz posible. Para conseguir este resplandor, la piel debe cumplir 3 requisitos:
- Hidratación
- Nutrición
- Superficie y tono homogéneos
La piel deshidratada ha visto reducida su capacidad para mantener el agua y el manto hidrolipídico, lo que le otorga una presencia reseca, rugosa y tirante.
Por su parte, la piel desnutrida acusa el déficit de vitaminas, minerales y oligoelementos necesarios para su correcta función.
Por último, la superficie engrosada de la piel y las manchas reducen su homogeneidad, lo que influye en su capacidad para reflejar la luz.
¿Cómo tener una piel luminosa y suave?
Para tener una piel luminosa y suave es necesario aportarle hidratación y nutrientes, así como alisar su superficie.
Para ganar luminosidad y suavidad en la piel, los dermatólogos y médicos estéticos de IML recomiendan aplicar tanto cuidados domésticos como tratamientos clínicos.
Algunos de los gestos diarios domésticos que podemos adoptar para mejorar la piel son la hidratación adecuada, las rutinas de desmaquillaje y limpieza y la protección solar, así como evitar hábitos poco saludables que pueden afectar a la piel (y, sobre todo, a la salud general del paciente), como son el alcohol, el tabaco o la dieta desequilibrada.
Sin embargo, en la mayoría de los casos los cuidados domésticos no son suficientes para conseguir una piel radiante, para lo que suele ser necesario recurrir a la Dermatología y la Medicina Estética.
Nuestros médicos expertos han seleccionado una serie de técnicas no invasivas o mínimamente invasivas para mejorar las pieles apagadas y que permiten al paciente incorporarse inmediatamente a su actividad normal, con resultados muy naturales:
- Ácido hialurónico no reticulado
- Mesoterapia facial con vitaminas
- Peeling químico
- IPL (Luz Pulsada Intensa)
Tras un diagnóstico preciso de los tipos de problemas estéticos que pueden concurrir en la piel, el dermatólogo o el médico estético diseña un procedimiento personalizado, que puede consistir en la aplicación de una o varias técnicas médicas combinadas.
Cómo conseguir una piel luminosa sin maquillaje
La clave para conseguir una piel luminosa sin maquillaje es nutrir e hidratar en profundidad, desde dentro, con tratamientos médico-estéticos.
Cuando la microcirculación sanguínea es la adecuada, la piel recibe los nutrientes que necesita. Por su parte, cuando está hidratada su turgencia y elasticidad es mayor. Todo ello contribuye a una superficie cutánea de tono rosado, más lisa, resplandeciente y de aspecto más saludable.
Para hidratar y nutrir la piel desde dentro, nuestros médicos pueden aplicar sesiones de ácido hialurónico no reticulado combinado con infiltraciones de principios activos que nutren y revitalizan la piel, como las vitaminas y el silicio orgánico:
- Vitamina A: cumplen una función esencial en la renovación de la piel y las mucosas.
- Vitamina E: potente antioxidante
- Vitamina C: estimula la renovación celular y en la formación de colágeno
- Vitaminas del grupo B: intervienen en el proceso de renovación celular.
- Silicio orgánico: es fundamental para la formación de colágeno, además de inhibir la formación de radicales libres.
- Ácido hialurónico no reticulado: este tipo de ácido no rellena. Se infiltra depositando pequeñas cantidades repartidas por toda la piel para aportarle la turgencia y las reservas de agua que ha perdido durante el verano.
El número de sesiones puede variar entre un paciente y otro, según las necesidades de cada uno. Por lo general, nuestros médicos aplican entre 2 y 3 sesiones, espaciadas cada 15 días.
Para renovar la capa superficial de la piel podemos aplicar un peeling de ácido salicílico, ácido glicólico o ácido ferúlico con nanoaditivos. La sustancia empleada dependerá de la heterogeneidad de la piel de cada paciente.
Esta exfoliación química permite unificar la pigmentación de la piel, lo que redunda en su luminosidad.
Otras técnicas que pueden aplicarse para conseguir más brillo en la piel son la Luz Pulsada Intensa (IPL) y la Terapia Regenerativa con Factores de Crecimiento.
En definitiva, el mejor tratamiento para una piel luminosa es aquel que renueva e hidrata la piel en profundidad, así como el que mejor se adapta a las necesidades de cada paciente, por lo que desde IML recomendamos ponerse en manos de médicos expertos que cuenten con herramientas suficientes para elegir la mejor terapia en cada caso.
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